miércoles, 18 de abril de 2012

Imágenes de la Revolución

En esta ocasión, pondremos algunas fotos relevantes de esta época y unos que otros dibujos, caricaturas y pósters...

















Convención de Aguascalientes, Los Tratados de Teoloyucan y el original Plan de Ayala…

A continuación pondremos más detalles de los tratados más destacados de esta época, en esta ocasión: Convención de Aguascaliente, Los Tratados de Teoloyucan y el link para ver fotos del original Plan de Ayala.

*La Convención de Aguascalientes fue una destacada reunión que tuvo lugar durante el proceso de la Revolución mexicana, convocada el 1º de octubre de 1914 por Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército constitucionalista, bajo la denominación de Gran Convención de Jefes militares con mando de fuerzas y gobernadores de los Estados, y cuyas sesiones iniciales tuvieron lugar en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México, aunque con posterioridad fueron trasladadas a Aguascalientes, que pasó a dar nombre a la Convención, la cual se celebró desde el 10 de octubre hasta el 9 de noviembre de 1914. Los zapatistas no entraron desde el principio a la Convención sino desde el 26 de octubre, cuando protagonizaron el afamado Incidente de La Bandera, que casi le cuesta la vida a uno de sus delegados.

* Los Tratados de Teoloyucan fueron los documentos firmados en la localidad del mismo nombre, en el Estado de México el 13 de agosto de 1914 entre los representantes del Cuerpo de Ejército del Noreste, Álvaro Obregón, Lucio Blanco y Othón P. Blanco que formaba parte de los ejércitos revolucionarios que se enfrentaron al gobierno usurpador de Victoriano Huerta, comandado por Lauro Villar y representado por él mismo, Gustavo A. Salas y José Refugio Velazco estableciendo las condiciones en que se verificaría la evacuación de la Plaza de la Ciudad de México por el Ejército Federal y la disolución definitiva del mismo.
Sucedió a la caída del gobierno del entonces Presidente de México, Victoriano Huerta, ante el triunfo del ejército de Venustiano Carranza cuando a mediados de julio el general Lauro Villar representante del gobierno del presidente interino Francisco S. Carvajal ya no pudo ofrecer resistencia para negociar, capitulando sin condiciones.

* Fotos del Plan de Ayala:
  http://bdmx.mx/manuscritos_ayala.php

Crímenes en la Revolución Zapatista

Durante la revolución corrió mucha sangre en busca de un objetivo, la paz. Lo que casi nadie sabe es que la misma gente que buscaba el cambio, cometió crímenes para su bien personal.
Uno de los pocos libros que fueron publicados durante revolución mexicana fue revelar su parte oscura. Y en este caso fue llevado a cabo por los “Zapatistas”. Este libro llamado Los crímenes del Zapatismo. Apuntes de un guerrillero, fue publicado por Antonio D. Melgarejo, el secretario de Emiliano Zapata. Este libro logro ser publicado por la prestigiada posición del autor, ya que él estuvo en primera fila de todos los movimientos de Zapata desde sus inicios hasta 1913, el mismo año en el que el libro fue publicado.
Melgarejo subraya que los actos de violencia que narra no se cometieron en contra de los funcionarios gubernamentales, militares, hacendados o jefes políticos, quienes de inmediato se pusieron a buen resguardo, sino que los crímenes fueron cometidos contra la gente del pueblo. A cualquier persona que tuviera zapatos se le llamaba "científico" y se le consideraba por ese simple hecho como un enemigo de clase. En suma, pone de manifiesto el autor que parte de las "heroicas acciones militares del Ejército
Libertador del Sur" fueron perpetradas contra las guarniciones que habían organizado simples civiles.
Una de las jornadas más crudas relatadas en el libro fue la toma del poblado de Jonacatepec. Emiliano Zapata firmó un armisticio en el que se comprometió a salvar la vida, honra y propiedades de todos los vecinos, a no incendiar sus casas, a respetar los archivos del registro civil, a no abrir las puertas de la cárcel y a garantizar la vida de todos los defensores. Sin embargo, cuando los milicianos de Jonacatepec entregaron las armas, las partidas revolucionarias convirtieron tal armisticio en letra muerta. Escribe Melgarejo: "Los presos fueron llevados a la escuela, y después de sujetarlos a un sinnúmero de vejaciones, que no pueden relatarse por lo asqueroso e inmoral, empezó la ejecución"
Una de las historias más impactantes relatadas en el libro es como a uno de los defensores de Jonacatepec le bajaron la piel de la planta de ambos pies y le hicieron que bailara un jarabe al son de una chirimía y un bote de petróleo vacío a guisa de tambor, golpeado con dos pedazos de madera. Después de que hubieran reído largo rato por los gestos de dolor que hacía aquel desdichado, lo acribillaron a balazos. A otro lo ataron con un cordel de las partes viriles, y lo arrastraron por todo el salón, en medio de una algarabía diabólica, hasta que el cordel cortó los miembros de aquel hombre. Cuando pretendieron que se levantara para acribillarlo a tiros, había exhalado el último aliento.

¿En dónde está el cambio?

Si quieres leer más historias, visita la siguiente página: http://www.elportalvoz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1543%3Alos-crimenes-del-zapatismo-&catid=5%3Aexperiencias&Itemid=96

Medios de Comunicación

Ya sabemos que la Revolución Mexicana fue un movimiento armado interno que buscó transformar a la sociedad, por lo cual se buscaron medios, a parte de las armas, para compartir las ideas y reflexiones sobre lo que sucedía en el momento con el objetivo de hacer entender a la gente que unidos iban a poder cambiar las cosas para bien.
La literatura en la época de la Revolución Mexicana es básicamente la novela. Esta literatura aporta y complementa, la comprensión y el análisis de la época revolucionaria:
La literatura mexicana llena por completo e interpreta por medio de corridos o narraciones las ideas, anhelos, pasiones y sentimientos que la nación quiere llegar a alcanzar.

Otra forma de compartir las noticias del momento fuero gracias a las caricaturas donde buscaba expresar los sentimientos y emociones del pueblo.
La importancia de la literatura en la Revolución Mexicana representó una oportunidad para dar noticia literaria de hechos y de gente, para hacer creíbles acontecimientos y actitudes, para "retratar" el lenguaje y el habla de una caótica mezcla de personas de la más diversa extracción social, con diferentes ideas, convicciones y credos.
Todo esto se expresaba en los típicos corridos, con algunas melodías pegajosas donde la burla también era implementada para llamar la atención del pueblo.

A continuación, les mostramos un fragmento del corrido llamado “HISTORIA DE LA MUERTE DEL GRAN GENERAL EMILIANO ZAPATA” escrito por Marciano Silva en 1984:

“Después de que aquél apóstol Don Francisco I. Madero
del Plan de Ciudad Juárez ingrato se burló
al ver hecho un despojo y caído por el suelo
ese estandarte honroso que repudió altanero
un pobre campesino al fin lo levantó.
Ese fiel campesino fue el inmortal suriano,
que indómito peleaba por el Plan de San Luis,
al ver que su caudillo había ya claudicado
alzó valiente y digno ese pendón sagrado
siguiendo con las armas luchando hasta el morir.
Fue Emiliano Zapata, el hombre sin segundo,
que ante la plutocracia su diestra levantó
fue un ángel de la Patria, un redentor del mundo
que por su humilde raza duerme el sueño profundo
en los brazos de Vesta por voluntad de Dios.
Al ver la tiranía que contra los aztecas
los blancos dislocaban, siguió a un falso líder,
tiró a Porfirio Díaz después siguió con Huerta
peleó con bizarría contra las hordas necias
del infeliz Carranza donde llegó a caer.”

Si quieres leer el corrido completo, visita la siguiente página: http://www.bibliotecas.tv/zapata/corridos/corr19.html

Vida Cotidiana

Después de tanta guerra y pleito, veremos algunas cosas que no se mencionan en este periodo de la historia, como los medios de comunicación y los crímenes.

Revolución Constitucionalista

Desde que el gobierno de Huerta no fue reconocido por el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, todo indicaba que no se pondría de su lado y haría lo posible para derrocarlo.

El 26 de marzo de 1913, Venustiano Carranza proclamó el Plan de Guadalupe donde declaraba que quería seguir con la obra de Madero y que formaría un ejército llamado “Ejército constitucionalista”, al que no tardaron en sumarse el coronel Álvaro Obregón en Sonora, y Pancho Villa en el norte, mientras Zapata volvía a dominar la situación en el sur y este del país.
Además dio órdenes claras a sus tropas: derrocar a Huerta y restaurar el orden constitucional.
Las tropas constitucionalistas, formadas por campesinos y gentes del pueblo, derrotaron al Ejército federal por todo el territorio nacional: Villa ocupó Chihuahua y Durango con la División del Norte; Obregón venció en Sonora, Sinaloa y Jalisco con el Cuerpo de Ejército del Noroeste.
Después del triunfo constitucionalista en Zacatecas el 24 de junio de ese mismo año y la ocupación de Querétaro, Guanajuato y Guadalajara, Huerta presentó la dimisión el 15 de julio siguiente y salió del país. En el Tratado de Teoloyucan se acordó la disolución del Ejército federal y la entrada de los constitucionalistas en la capital, que se produjo el 15 de agosto de 1914.
Todo se había acabado, los sueños del gandaya de Huerta y su dictadura venía incluida.

Revolución Villista

El reconocido y a su vez significativo “Movimiento Villista” se considera a las actividades guerreras e ideológicas del general Francisco “Pancho Villa” (Doroteo Arango) con su ejército durante la revolución mexicana.

Los Villistas fueron la porción partidaria e ideológica de la revolución que se identificó con todas sus ideas inversas que pudieran definirse mejor como izquierdistas. De origen principalmente rural y de clase baja, los villistas no tenían anhelos políticos o llegar al poder, quizá una de las diferencias que llevó a los revolucionarios a alcanzar su propósito. Intervinieron en varios estados de la república tales como: Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí, Colima, Aguascalientes, Querétaro, Coahuila, Estado de México, Guanajuato y parte de Jalisco. Este movimiento se asemejaba mucho con el “Zapatismo” comandado por Emiliano Zapata por lo que en la Convención de Aguascalientes al lograr mayoría, obtuvieron por un tiempo el control del país.
Para asombro y encanto de muchos, entre Marzo y Noviembre de 1913 Villa logró organizar un poderoso ejército que acabó con los Huertistas locales, Villa derrotó a los federales en Torreón y en mismo año envolvía la capital del estado de Chihuahua. Al fracasar en su tentativa de tomarla, Villa movilizó sorpresivamente sus tropas hacia Ciudad Juárez, plaza que cayó. Con esta victoria Villa preparó en mejores circunstancias la toma de la capital del estado. El general Mercado intentó contener a los villistas antes de que se aproximaran. Pero la fuerza dirigida por Salazar fue derrotada en Tierra Blanca, lo que dejaba el camino libre hacia Chihuahua. Ante la derrota de Salazar, cundió el pánico entre Huertistas y millonarios de la ciudad de Chihuahua. El 27 de noviembre evacuaban ambos la ciudad. La ciudad de Chihuahua casi se vació de ricos. Villa simplemente los aterrorizaba.
El general Francisco asumió el puesto de gobernador el 8 de Diciembre de 1913. Chihuahua, rechazó enérgicamente contra la invasión. Pero Villa, mostrando su positivismo, manifestó su confianza en que no habría necesidad de cruzar fuego contra ellos. Este deslinde de dictámenes marcó el inicio de una fuerte discordia entre Carranza y Villa, que tendría perentorias consecuencias. Villa, no sobra decirlo, se esforzaba en proteger las negociaciones norteamericanas y por ello no sorprende que la enorme presa de La Boquilla pudiera seguir construyéndose a lo largo de estos años de gran violencia armada. Esa relación de Villa con los norteamericanos tal vez pueda explicarse por su interés por conservar el acceso al mercado de armas y a la manutención de una relación político-diplomática que tenía gran predominio en la escandalosa vida política mexicana.
La División del norte partió con rumbo a Torreón. Allí tuvo lugar una dura batalla contra la fortaleza huertista, que duró más de una semana. El 20 de mayo Torreón era villista. Fue entonces cuando se agudizó la enemistad entre Villa y Carranza. Una semana después Zacatecas también era villista. El triunfo villista debilitó considerablemente al huertismo, que también veía cómo Álvaro Obregón tomaba y dejaba atrás Guadalajara y se dirigía a toda diligencia hacia la capital del país. En agosto de 1914 Obregón firmaba los “Tratados de Teoloyucan” , que formalizaban ahora si la derrota del régimen de Huerta y el éxito del constitucionalismo llevando gloria al movimiento encabezado por Carranza. Uno de los pactos fue la disolución del ejército federal, algo que Madero debió haber hecho desde mayo de 1911.

La división del norte de la mano de Villa no tomó la ciudad de México, pero mostró la formidable magnitud organizativa de su enérgico ejército. Con base en la ciudad de Chihuahua, este ejército recibía recursos desde Ciudad Juárez (Que ya había sido tomada por Villa), en donde se adquirían de comerciantes norteamericanos. Por ello, todos los grupos revolucionarios buscaban controlar un punto fronterizo con Estados Unidos.